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La conducta del sueño y consecuencias de su alteración en las facultades mentales


Por Psic. Moramay S. Paredes Ávila*


La conducta del sueño y consecuencias de su alteración en las facultades mentales.

Resumen

El sueño ha sido investigado desde tiempos remotos, mediante observaciones y pruebas de laboratorios en la actualidad, se ha buscado una explicación a tal proceso. Hoy en día sabemos un poco más sobre las consecuencias de no mantener hábitos saludables de las horas del sueño así como la relación que existe a nivel fisiológico cerebral, inclusive la posible contribución para la aparición de trastornos mentales y metabólicos, también predisposición al avance de enfermedades crónico degenerativas. Los datos en investigaciones a comienzos del siglo presentan la incapacidad del ser humano de restaurar las horas de un sueño interrumpido o la privación de éste, debido a la conexión con las instrucciones del reloj biológico, factor que dispone la aceleración de la muerte celular como también el equilibrio fisiológico que representa la salud.


PALABRAS CLAVE

Sueño; Ensoñaciones; Circadiano; Endógeno; Homeostasis; Melatonina; Conducta; Sensorial;


Sleeping conduct and consequences of its alteration over mental faculties

Abstract Sleep has been investigated since ancient times, through observation and laboratory testing, an explanation has been sought to such process. Nowadays we know a little bit more about the consequences of not keeping healthy habits over sleeping hours and the existent relation on a cerebralphysiologic level, even the possible contribution to the outbreak of mental and metabolic disorders, susceptibility to chronic degenerative diseases. Research data on investigations at this century’s beginning show humankind’s incapability to restore lost sleep hours and deprivation, due to the connection with the biological clock’s instructions, this factor boosts cells’ death and physiologic balance constituted by health.


KEYWORDS

Sleep; Dreams; Circadian; Endogenous; Homeostasis; Melatonin; Conduct; Sensory


Introducción

El sueño una conducta que se caracteriza por manifestarse como una necesidad imponente de encontrar un lugar seguro para cerrar los ojos y descansar, formando parte de una de las necesidades biológicas fuertes, y por mucho, mayor que el apetito, pues un ser humano puede resistir semanas sin alimento alguno, pero cuestión de horas o días para presentar fallos sensoriales y conductuales propios de la alteración o inhibición del sueño. Es pues así que el sueño recibe gran intriga desde tiempos antiguos, debido a que ya se observaban cambios conductuales en personas que eran obligados o por otras circunstancias expuestos a la ausencia del sueño durante largos periodos de más de 72 horas. En la actualidad, los cuestionamientos giran sobre los procesos fisiológicos cerebrales realizados durante este periodo de sueño.



El presente artículo se presenta con la clasificación de teórico (American Psychological Association [NORMAS APA], 2018). El cual se basa en literatura de recientes investigaciones con fines de ampliar diversos constructos teóricos y presentar la postura final de las actualizaciones en el tema del sueño y como su alteración prolongada produce conductas manifiestas irregulares que no solo se correlacionan a un mal funcionamiento fisiológico sino también a los cambios que pueden producirse en las esferas vitales del individuo que lo padece. En este presente artículo se abordará el tema lo mas concretamente posible sobre tema, las implicaciones y consecuencias psicológicas y neurofisiológicas.

El Sueño

El sueño resulta ser un proceso donde hay más actividad cerebral de lo usual, las neuronas nunca descansan y durante el sueño existe una gran actividad espontanea endógena en el cerebro, es decir que es capaz de activarse así mismo tomando el mando de todas las funciones corporales mientras el individuo descansa.


Aun así continua siendo el punto más bajo de una escala de activación del Sistema Nervioso Central, presentándose como un estado cerebral bioquímicamente diferente en comparación con el estado de vigilia, y se diferencia de este último tanto cualitativa como cuantitativamente por lo que respecta a la actividad neuronal, descrito como ciclo sueñovigilia. Este es un ciclo circadiano, quiere decir que su estructura completa tiene una duración aproximada a las 24 horas, éste ciclo es endógeno, significa que está programado genéticamente, y para mantener una regulación en un periodo con mayor precisión se necesita una señal sincronizadora externa, en este caso la luz del día, y la noche, pues como se sabe, al atardecer y descender el nivel de luz solar el cuerpo humano comienza la secreción de melatonina, siendo esta una sustancia indicadora para la preparación fisiológica del sueño, manifestándose como una conducta de baja motilidad e hiporreactividad a los estímulos externos en los seres humanos y en todos los mamíferos.


El sueño es absolutamente necesario –tomando como media una cantidad de 6 a 8 horas diarias- para el correcto funcionamiento de las funciones ejecutivas cerebrales, tales como la memoria, el lenguaje y el aprendizaje, entre muchas otras más, por ejemplo, a mediano plazo para integrar una actividad mental y desplegar una conducta adecuada socialmente, mantener relaciones coherentes con nuestro ambiente, y motivar la sensación de bienestar personal.

A largo plazo su privación continua produce la muerte, pues se genera una falla en la homeóstasis, que se caracteriza por regular el equilibrio fisiológico a nivel celular, y se ve reflejado esta alteración primeramente en el control de la temperatura corporal, la cual es vital para la funcionalidad del sistema inmunológico.

Alteraciones Mentales

Debido a que normalmente no recordamos lo que hacemos mientras dormimos, tendemos a considerar el sueño como un estado de consciencia más que como una conducta, “el cambio de consciencia es indudable pero no debería impedirnos darnos cuenta de los cambios comportamentales” (Pinel, 2014). Aunque el sueño es un estado durante el cual disminuyen nuestras respuestas al ambiente no es tan preciso denominarlo o clasificarlo como un estado de consciencia.


La privación del sueño conduce cambios en la esfera sensorial, hace más lento el tiempo de reacción y la discriminación. Aparecen abundantes alucinaciones que se caracterizan por una falsa interpretación de estímulos reales y posteriores alucinaciones visuales o auditivas que se presentan sin estimulación externa. Suma dificultad de atención y concentración, las actividades cotidianas se realizan con cierta lentitud de movimiento y mayor esfuerzo. Sensaciones de desprendimiento relacionados con fallas de orientación. Se ve afectada la memoria a corto plazo, la mente del sujeto presenta ideas paranoides, como por ejemplo, desconfiar de quienes lo rodean, y en casos de privación prolongada estados delirantes, sin mencionar la falta de apetito que repercute normalmente en una acidosis metabólica, que pasa a afectar directamente a vías neuronales en estructuras de mielina. También se han observado breves periodos de desactivación neuronal o microsueños, los cuales realmente son como las ensoñaciones de la fase MOR mientras el individuo permanece en vigilia.


Durante la fase del sueño MOR suceden las ensoñaciones, las cuales están relacionadas con los movimientos oculares que suceden del mismo modo que cuando la persona esta despierta; estas ensoñaciones son producto de nuestra memoria de experiencias sensoriales de manera personal, pues sin las sensaciones, no podríamos pensar correctamente ni de manera fluida, la sensación es primer proceso para llegar a la memoria y están estrechamente conectados, mas significativamente durante el MOR, esta fase tiene características biofísicas y bioquímicas realmente únicas, es un ciclo de aproximadamente 90 minutos. El sueño MOR y por tanto las emociones, aparecen cíclicamente como un resurgimiento necesario de las sensaciones ante la privación sensorial y de la conciencia que caracteriza la fase SOL, esta fase en el tiempo representaría un estado similar al coma y a la epilepsia generalizada con la alteración de la memoria reciente, y por ende, la fase MOR sostiene un efecto anticonvulsivo.

Conclusión

A medida que el ser humano se da cuenta que la conducta del sueño es un innegable destino, su curiosidad sobre qué es lo que sucede mientras nos mantenemos inertes durante algunas horas durmiendo y la factura que se recibe al privarse en periodos mayores a 72 horas sin cubrir esta necesidad, ha impulsado a los investigadores de las ciencias sociales, comportamentales y fisiológicas a describir, que ésta es una de las maneras por las cuales el hombre acelera el final de su vida, propicia su deterioro cognitivo y compromete su actividad mental con la manifestación de conductas anormales. Expresando que no sólo es cuestión de cubrir una necesidad debido a la magnitud de ésta, sino, propiciar una salud física y mental así como los procesos regenerativos de todo el cuerpo y la asimilación de la información sensorial de todo un día son llevados a cabo en este lapso tan decisivo de tiempo.


Las 6 u 8 horas de sueño activan la red de ciclos que reestablecen las funciones más elementales de la funcionalidad cerebral, siendo que la deuda de sueño producida por noches de vela, es imposible pagarla, debido a la cronicidad biológica, ya que un reloj siempre ira hacia adelante, nunca hacia atrás. La vejez prematura, el deterioro y la muerte son las culminaciones seguras para una ausencia o privación del sueño prolongado, analicemos si es lo más viable y sin dejar de lado que está en juego nuestra salud mental y en todas las esferas que esta se presenta.


Referencias Bibliográficas

 Ramón de la Fuente y Francisco J. Álvarez L, (1998), Biología de la Mente, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica.

 Neil R. Carlson, (2014), Fisiología de la Conducta, Madrid España, Person.

 John P. J. Pinel, (2007), Biopsicología, Madrid España, Pearson Addison Wesley.

 Francis Leukel, (1977), Introducción a la Psicología Fisiológica, EE.UU, Herde

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