¿Cuándo hablamos de depresión, violencia o cualquier otro trastorno mental, se puede dejar pasar por alto las reflexiones que se han propuesto desde diversas ópticas y enfoques, para llegar a una reflexión actual objetiva, con la neurociencia, la biopsicología y la neuropsicología junto a los enfoques sociales y culturales requieren trabajar de manera conjunta.
En relación a las tecnologías de intervención en salud mental, hemos experimentado los éxitos iniciales y los problemas posteriores de soluciones simple basadas en conceptos bioquímicos o genéticos primitivos, o en conceptualizaciones simplistas de la conducta y la mente humana. Actualmente, estamos en un momento crítico ante la declaración de la Sociedad Americana de Psiquiatría que en DSM5 establece ya no los trastornos mentales, sino del neurodesarrollo, y ya no menciona a la demencia, sino que se refiere a problemas neurocognitivos. Por otra parte, se incentiva una diversidad de alternativas de todo tipo como soluciones a cualquier problema a través de simplificaciones. Mientras tanto, la eficacia y eficiencia del sistema de salud no se expresa en una disminución de los problemas, sino más bien hay un incremento en la tasa per cápita de estos problemas.
En este contexto, se hace necesarios desarrollar un abordaje complejo, multivariante, basado en procesos de Big Data, partiendo de una reconceptualización del proceso mente/cerebro, y de la relación bio-psico-social-cultural.
Enviado por Rodrigo de Urioste