Hola! Les comparto mis reflexiones con respecto a la actividad de la unidad 6, subunidad 5.
Con respecto a mis propias emociones, he notado que no se me dificulta en demasía reconocer el enojo, sin embargo, sí suele presentarse primero como una ligera incomodidad que, posteriormente, etiqueto como enojo una vez que doy cuenta de mi estado corporal o que hablo con otras personas al respecto y me veo en la necesidad de verbalizar la problemática, me parece que ello tiene mucho que ver con el componente social, debido a que la enseñanza de inteligencia emocional suele quedar relegado y, por tanto, no sorprende notar que muchos adultos no son capaces de etiquetar sus emociones o les cuesta mucho trabajo hacerlo. La influencia de la sociedad sobre la expresión emocional se asocia bastante con las diferencias en el terreno emocional entre hombres y mujeres, dado que, por mucho tiempo, el hecho de que los hombres demuestren tristeza y las mujeres enojo suele ser algo mal visto y socialmente castigado, en este sentido, a un hombre que llora se le estigmatiza y se le etiqueta como débil e incluso como homosexual -denotando por supuesto los tintes machistas y homofóbicos de nuestra sociedad- y a las mujeres que muestran enojo se les etiqueta como “locas”, “frustradas” y se subraya que desean tomar el papel del hombre. Por su puesto que todo esto cae en lo absurdo porque nuestras emociones tienen un componente fuertemente adaptativo, nos han permitido sobrevivir como individuos y como especie.
En el caso hipotético acerca de Cristina intentando proteger a su hijo de un perro feroz, desde la perspectiva de James-Lange, Cristina habría experimentado los cambios físicos (el incremento de la frecuencia cardíaca, esquivar al perro y el cambio en la temperatura corporal) y solamente después habría percibido la sensación consciente de la emoción, en este caso, miedo.
Bajo la teoría de Cannon-Bard, sin embargo, el componente fisiológico citado previamente y el cognitivo ocurrirían a la par. Por último, bajo la concepción de Damasio, Cristina habría tomado la decisión adecuada al haber esquivado al perro y gritarle para proteger a su hijo y esta decisión se tomó gracias al componente emocional.